KEVIN OÑA
MODERNISMO
A continuación realizaremos una explicación acerca de una de las mas importantes e influyentes corrientes literarias conocida como
Modernismo, que ocupo un lugar muy importante durante fines del siglo XIX y
principios del XX. Esta corriente fue un resultado varios pensamientos nuevos y tomados de anteriores pensamientos literarios como por ej: el
Romanticismo. Este cumple un papel no muy amplio pero de alguna manera importante dentro del Modernismo, lo cual lo averiguaran a continuación durante el
desarrollo del
informe.
- Razón del termino "Modernista"
El termino "moderno" se utiliza para nombrar lo que sigue la "
moda" de una época, es decir aquello que va de acuerdo con las tendencias de su
tiempo. La iniciativa de dar este nombre al
movimiento de
América Latina partió de Rubén Darío, quien es un articulo sobre Ricardo Contreras publicado en Chile publicado en 1888, califico el estilo de este escritor mexicano como "expresión moderna". Dos años mas tarde, en un comentario sobre una visita realizada a Ricardo Palma,
empleo el termino "Modernismo" para calificar el "espíritu nuevo" que movía a un
grupo de escritores.
Durante un tiempo la denominación fue empleada de una manera peyoritativa, para referirse a la nueva generación de escritores llamándolos decadentes, amanerados y extranjerizantes. El modernismo no recibió el reconocimiento y el
respeto publico hasta que
Rubén Darío se acredito su legitimidad como movimiento estético con
valores propios y con fuerzas renovadoras positivas.
El modernismo literario tuvo su origen en Hispanoamérica, entre los años 1880 y 1914, impulsado en especial por el poeta nicaragüense Rubén Darío.
Aquí en Hispanoamérica se
registro una lenta pero creciente reacción contra las corrientes académicas y románticas, protagonizadas por varios y renombrados escritores como por ejemplo González Prada, Salvador Díaz Mirón, entre otros.
En el desarrollo del modernismo, es posible identificar los siguientes momentos:
Iniciación: La primera generación modernista (1882-1896). José
Martí y Manuel Gutiérrez Nájera inician un
trabajo de actualización de la
lengua, principalmente en la prosa, aunque también en el verso, muy fijos al
modelo español.
Culminación: En 1888, Rubén Darío publica su
libro Azul. En esta época ya se habían realizado grandes innovaciones en la palabra poética. Por medio de su obra en Chile, Argentina y
España, Darío realiza una tarea excepcional, que consolida el Modernismo como movimiento continental y se convierte en su
síntesis más brillante, tanto en América como en España. En 1896 se edita Prosas Profanas, el libro de Darío que oficializa el Modernismo en Hispanoamérica.
Continuación: La segunda generación modernista. Consagrado Rubén Darío como jefe de la
escuela del Modernismo, cuando ya los iniciadores habían muerto prematuramente, los escritores de esta segunda generación continuarían la obra con sus aportes personales. Ellos son, entre otros, Leopoldo Lugones, Ricardo Jaimes Freyre, Amado Nervo, y Julio Herrera y Reissig.
En sus comienzos, el estilo modernista fue muy recargado y estuvo dominado por los temas exóticos e indigenistas, pero con el tiempo se fue haciendo cada vez mas depurado y alcanzo expresiones de gran purismo lírico, como las rimas de Juan
Ramón Jiménez.
Los temas preferidos por los poetas modernistas reflejaban el mundo antimista y subjetivo del autor, así como una atracción por lo original e insólito y cierta carga de melancolía.
El poeta sentía una absoluta necesidad de evadirse hacia paraísos idílicos y una gran añoranza del pasado mítico y legendario, sentimientos que solían acompañarse del culto por la belleza y lo erótico y del rechazo del mundo real.
Es muy frecuente la alusión de culturas lejanas, también los escritores de este movimiento se caracterizaban por su deseo de ser cosmopolitas y trascender la realidad en la cual vivían, esto los llevo a tomar
imágenes tomadas de culturas exóticas, europeas, de Oriente o pertenecientes a otras épocas.
Para expresar sus preocupaciones y sentimientos, los modernistas recurrieron a una renovación formal y estilística, en la que eran frecuentes los
símbolos, los giros complejos con palabras de gran sonoridad o la laberíntica combinación de las rimas de un amplio vocabulario metafórico, integrado por un amplio vocabulario metafórico, integrado por flores (loto, crisantemo, nenúfar),
animales (cisne, ibis, cóndor), piedras preciosas,
colores, ciudades exóticas y abundantes referencias a otras artes.